domingo, 28 de agosto de 2011

Madre cubana no de uno, sino de cinco hijos

Por Matilde Córdoba
El Nuevo Diario, Nicaragua

Irma Shewerert, de 73 años, fue sindicalista y ya está jubilada. ALEJANDRO SÁNCHEZ / end
Irma Shewerert, de 73 años, fue sindicalista y ya está jubilada. ALEJANDRO SÁNCHEZ / end




En septiembre de 1998, Irma Shewerert iba a una reunión del Partido Comunista cuando le avisaron que su hijo había sido apresado en Miami. Ella, cubana de nacimiento e hija de madre estadounidense, se sintió aliviada.


Hacía diez años que René, de oficio piloto e instructor de vuelo, el mayor de sus hijos, había dejado Cuba rumbo a Estados Unidos. Desde entonces era considerado un traidor en la isla.
“Yo siempre supe que él no podía ser traidor de la causa de la revolución. Estaba totalmente convencida de eso, pero no se lo podía decir a nadie. Es imposible, me decía, las características de René no son esas. Yo conocía muy bien sus sentimientos. Es muy difícil que un hijo pueda engañar a una madre”, cuenta Irma, quien está de visita en Nicaragua.
René González Shewerert es uno de “Los Cinco”. Así  les llaman en Cuba y en los países donde se conoce su historia. Él y otros cuatro agentes de inteligencia del gobierno cubano se asentaron en Estados Unidos para monitorear las actividades de grupos y organizaciones que ellos califican como terroristas.
Para los cubanos, estos cinco hombres, “Los Cinco”, son héroes. En septiembre de 2008 fueron arrestados por el FBI, acusados de conspiración, conspiraciones para cometer espionaje y conspiración para cometer asesinato, entre otros delitos, y fueron condenados tras un juicio de 18 meses a distintos años de cárcel no menores a 10 años.

Cinco hombres

Las madres de estos cubanos los visitan en la cárcel una vez al año. En abril pasado, Irma miró a René. Estaba flaco. Más viejo, pero “tranquilo con su conciencia y fuerte de espíritu”. Él fue condenado a 15 años de prisión.
René participó como combatiente internacionalista en Angola entre 1977 y 1979, igual que Gerardo Hernández, para quien Irma Shewerert tiene muchas palabras de cariño y admiración.
Hernández es un dibujante, caricaturista, graduado en relaciones políticas internacionales, pelón, barba cerrada –según la fotografía del folleto que difunde el gobierno cubano–, y es el único a quien no le redujeron la sentencia tras las audiencias de resentencia realizadas hace pocos años.
Antonio Guerrero, a quien Irma llama Tony, es poeta y pintor, pero su profesión es ingeniero de construcción de aeródromos. “Tony es una persona muy noble, ha enseñado a leer en la cárcel”, cuenta Irma.
Según Irma Shewerert, “Los Cinco” han alfabetizado a varios reclusos y no han sufrido ningún problema físico. Ramón Lanañino, economista, también escribe poemas, y Fernando González, licenciado en relaciones políticas internacionales y graduado –Irma hace énfasis– con diploma de oro, son los otros dos reos.
El gobierno estadounidense los considera espías. En tanto, Cuba reclama la escasa cobertura de los medios de ese país al caso, las dificultades que tienen los familiares de “Los Cinco” para visitarlos, y el trato que le han dado a los cubanos en comparación con las preferencias que tienen reos de otras nacionalidades, entre ellos agentes de Sadam Hussein y condenados por poseer información secreta.
En octubre, René González Shewerert saldrá libre y deberá pasar tres años en libertad condicional.
Después de eso es que podrá regresar a la isla. Pero el calvario de su madre no terminará hasta que los otros cuatro salgan. Dice Irma Shewerert que las familias de “Los Cinco” se han convertido en una sola.

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