miércoles, 30 de marzo de 2011

Entrevista a James Carter, expresidente de Estados Unidos

Entrevista a James Carter, expresidente de Estados Unidos, realizada por Arleen Rodríguez Derivet, periodista de la Televisión Cubana
30 de marzo de 2011, "Año 53 de la Revolución"(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Foto: Jenny MuñoaArleen Rodríguez.—¡Hola! Un saludo a todos los que a esta hora están en sintonía con la Televisión Cubana. Les doy la bienvenida, junto al expresidente de Estados Unidos, James Carter, que minutos antes de partir de regreso a su país ha accedido gustosamente a darnos una entrevista, una declaración exclusiva para nuestra televisión.
Bienvenido. Gracias por aceptar nuestra invitación.
James Carter.—Es un gran placer volver a Cuba, a La Habana.
Arleen Rodríguez.—Es un gran placer tenerlo también.
Me comentaba que quería decirle algo al pueblo cubano antes de nuestra entrevista.
James Carter.—Sí.
Arleen Rodríguez.—La cámara es suya.
James Carter.—Quisiera agradecerle al pueblo de Cuba la posibilidad de estar de nuevo en este país para poder reunirme con los líderes cubanos, para reunirme con algunos ciudadanos cubanos que están en desacuerdo con el gobierno. Hemos estado muy estimulados en cuanto a las posibilidades de la reunión que va a sostenerse en el Congreso el próximo mes.
También tuvimos la posibilidad de reunirnos con los familiares de los cinco patriotas cubanos, con sus madres, con sus esposas.
Espero que en el futuro haya relaciones diplomáticas normales entre Cuba y Estados Unidos. Quisiera también que llegara el momento en que las restricciones de viajes desde Estados Unidos a Cuba y de Cuba a Estados Unidos puedan ser suspendidas, y también que pueda disfrutarse de libertad, de reasociación, de viajes. Creo que es muy importante para todo el mundo y para el pueblo de Cuba.
Hemos sostenido reuniones con el Ministro de Relaciones Exteriores, con el Presidente de la Asamblea Nacional, con el presidente Raúl Castro, con el anterior presidente, Fidel Castro, quien es mi amigo personal, y haremos todo lo posible para que se produzcan cambios económicos en Cuba.
Esta mañana también me reuní con el señor Gross, quien ha pasado un largo tiempo en prisión en Cuba, y pensamos que es inocente de cualquier delito. Espero que en el futuro pueda ser liberado conjuntamente con los llamados cinco cubanos que han pasado 12 años en prisión en Estados Unidos.
En el futuro espero que puedan desarrollarse el comercio y los viajes entre ambos países y que se pueda suspender totalmente el embargo económico, que es una opresión para el pueblo cubano, y que no solamente afecta al gobierno cubano, sino que es el pueblo de Cuba el que más se afecta. Considero que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba deben cambiar.
Cuando pasé a ser presidente, suspendí las restricciones de viajes entre ambos países y he trabajado muy de cerca con el presidente Castro para establecer intercambios diplomáticos. Ahora Estados Unidos y Cuba tienen a 300 personas empleadas en la Oficina de Intereses, tanto en la de Estados Unidos como en la de Cuba, y trabajan cubanos en la Oficina de Intereses en Cuba y viceversa, y creo que esto puede contribuir a las relaciones diplomáticas normales entre los dos países.
Esta ha sido una oportunidad que me ha dado la Televisión Cubana para poder dirigirme a ustedes y decirles cuán maravilloso es su país.
Arleen Rodríguez.—Gracias.
Yo quiero aprovecharme de esa oportunidad para hacerle unas preguntas.
Quiero, primero que todo, saludarlo con el respeto y la simpatía que ha generado el único Presidente de Estados Unidos que en 50 años hizo algo por normalizar las relaciones. Usted recordaba algunos de esos pasos importantes. El hecho también de venir a Cuba ya por dos veces y hacerlo con la mano extendida y con respeto. El pueblo cubano, que es muy orgulloso y digno, recibe con simpatía visitantes así.
Creo que, entrando en materia, usted me ha relevado de hacer una introducción al expresar nuevamente su voluntad y deseo de que se levante el bloqueo a Cuba. Se sabe que hay un consenso mayoritario en la sociedad norteamericana, que incluye a la comunidad cubana en Estados Unidos, y que, además, la comunidad internacional lo ha demandado en los últimos 20 años de manera masiva, de manera que sus esfuerzos son acompañados también por las grandes mayorías en Cuba y en Estados Unidos.
Como usted mismo reconoce, el bloqueo se mantiene, y los cubanos y las cubanas sabemos que se mantiene, además, con el mismo rigor de antes, y a veces aprieta un poquito más.
Yo pregunto: ¿Qué perspectivas usted les ve a las relaciones Cuba-Estados Unidos y a ese bloqueo, contra el cual está todo el mundo?
James Carter.—Como usted conoce, la mayoría de los cubanos desean que existan relaciones normales con Estados Unidos, y la gran mayoría de los norteamericanos también desean que existan relaciones normales con Cuba. Indudablemente existen algunos líderes radicales en mi país, algunos en posiciones destacadas en el Congreso, en muchos de los casos cubanoamericanos, que insisten en mantener este distanciamiento en las relaciones entre ambos países, estos representantes de la antigua comunidad cubanoamericana, cuyo objetivo fundamental era derrocar el régimen de Castro; incluso, entre los cubanoamericanos en mi país existe una pequeña minoría en estos momentos, pero muy poderosa desde el punto de vista político, en los círculos políticos. Considero que en los últimos años ha habido algunos progresos porque, incluso, la opinión pública dentro de los círculos de Miami y de los cubanoamericanos, incluso, los más jóvenes dentro de esa comunidad desean que se levante este bloqueo económico y tener oportunidades normales para poder viajar en ambas direcciones: de Estados Unidos a Cuba y de Cuba a Estados Unidos, esto es un cambio. En mi opinión es un cambio que va a avanzar en el futuro y espero que mi pequeña voz, así como la opinión de muchos norteamericanos, puedan hacer que esto se materialice.
Arleen Rodríguez.—Señor Carter, le escuché con mucha emoción en la conferencia de prensa, y aquí en la presentación le escuché pedir, demandar también la libertad de los cinco cubanos héroes, que Cuba considera héroes, porque enfrentaron a grupos terroristas y lograron evitar que creciera la lista de 2 099 incapacitados y 3 478 muertes que ha ocasionado el terrorismo a nuestro país.
No sé hasta qué punto usted es consciente de cuán sensibilizado está el pueblo de Cuba con la demanda de libertad para los Cinco. Sin embargo, es decir, no lo escuché pronunciarse por el indulto.
Usted decía que según las leyes norteamericanas usted esperaba que fueran liberados. Ellos han apelado a la Corte Suprema, que les denegó la revisión del caso, a pesar de que era una demanda de más de 10 Premios Nobel y centenares de personalidades políticas e intelectuales de todo el mundo. Es decir, agotaron todos los pasos legales.
Ha habido muchas arbitrariedades en el proceso, como usted decía, reconocidas por jueces, y ellos han recibido un castigo adicional al privarse a dos de ellos de la visita regular de sus esposas, con dificultades también para la visita a los familiares.
Llegar a ese punto de la Corte Suprema y que no les permitieran una revisión de un caso tan complejo, hizo que estos propios Premios Nobel y personalidades políticas demanden al presidente Obama el indulto.
Usted fue presidente de Estados Unidos, usted ejerció el derecho del indulto, como un gesto humanitario que le digo —como cubana— que agradecería profundamente el pueblo de Cuba, ¿estaría dispuesto a sumarse a otros Premios Nobel que piden el indulto de los Cinco a Obama?
James Carter.—Como usted conoce, no solamente soy un antiguo presidente de Estados Unidos, sino también un Premio Nobel.
Arleen Rodríguez.—Por eso.
James Carter.—O sea, en mis conversaciones privadas con el presidente Bush y con el presidente Obama, he hablado acerca de la liberación de estas personas.
Reconozco las limitaciones dentro del sistema judicial de Estados Unidos, y espero que el Presidente pueda conceder este indulto; pero esta es una decisión que solamente puede tomar el propio Presidente, o sea que no me correspondería decirle al Presidente lo que debe hacer; pero el Presidente, tanto antes como ahora, sabe que mi opinión es que el juicio de los Cinco fue muy dudoso, que se violaron normas, y que las restricciones acerca de sus visitas fueron extremas.
Ahora, sé que ya esos familiares han podido visitarlos, y espero que en el futuro pueda concederse este indulto y que pueda haber también un mayor acceso de sus familiares a estos prisioneros en Estados Unidos.
Me han informado unos funcionarios, por ejemplo, que el derribo del pequeño avión en La Habana, que hizo posible la muerte de dos de los pilotos, tuvo lugar después de que el Presidente de Estados Unidos informara a los líderes cubanos que ya no habría más vuelos. Los funcionarios cubanos me comunicaron que expresaron muy claramente al Presidente de Estados Unidos que no podía permitirse el sobrevuelo de la capital del país dejando volantes, y que tenían que proteger la soberanía de Cuba. Así que aun cuando esto es algo más serio, es un alegato más serio, en mi opinión, tengo dudas en cuanto a estas extensas condenas a las que fueron sometidas estas personas; pero cuando regrese pienso conversar con el presidente Obama, aquí está mi declaración pública, la he hecho antes con otros líderes norteamericanos, y hemos hablado a favor de la liberación de los Cinco; una de las razones, ya sean culpables o no, es que ya han pasado un largo tiempo en prisión, más de 12 años; o sea, que ya han sido castigados adecuadamente, aun cuando hayan sido culpables.
Arleen Rodríguez.—Acaba de fallecer recientemente una persona muy vinculada al caso, que usted conoció bien, Leonard Weinglass; sé que usted sabe que era un hombre amante de la justicia y que luchó por ella, y sus últimos pronunciamientos, su último trabajo, incluso, en su lecho de muerte, estuvo encaminado a probar que los Cinco no tienen nada que ver con el derribo de las avionetas.
James Carter.—Sí, lo sé.
Arleen Rodríguez.—Entrar más en el caso haría más larga esta conversación, pero lo que sabe el pueblo de Cuba, lo que se puede probar, lo que saben, incluso, las autoridades norteamericanas, por todo el informe que trasmitió Cuba, es que esos jóvenes lo único que hacían era buscar información para evitar actos terroristas.
Yo tengo la confianza de que usted también podrá trasmitir la solicitud de indulto, como un gesto humanitario. Estos hombres han sufrido mucho y han perdido familiares sin poder estar a su lado; en fin, no insisto, le agradezco su interés y sus declaraciones en nombre del pueblo de Cuba.
Señor Carter, usted decía también esta mañana en la conferencia que tuvo un encuentro de amigos con el Comandante Fidel Castro, quien en sus reflexiones ha expresado mucha angustia por los riesgos que está enfrentando la especie humana, por los enormes arsenales nucleares que siguen creciendo y que están en capacidad de destruir varias veces al mundo, y también por las consecuencias nefastas que podría tener para la especie humana el cambio climático; son temas en que creo que ustedes tienen una amplia coincidencia.
Como físico nuclear usted sabe lo que significa para la especie humana la posesión de armas nucleares, usted fue un presidente que trabajó mucho por educar a su pueblo contra el culto al consumo, promovió políticas de racionalidad, de defensa del medio ambiente, aunque lo hicieran impopular entre algunos sectores.
Bueno, rápidamente solo quiero saber si cree que todavía hay oportunidad de hacer algo para salvar a la especie humana.
James Carter.—Cuando yo era presidente negocié con la Unión Soviética para reducir el número de armas nucleares, con los Tratados SALT I y SALT II y estuve muy a favor de que se redujeran los arsenales nucleares en ambas partes. También considero firmemente que representa una amenaza para todos los seres humanos este calentamiento global, y como usted probablemente conoce, el presidente Obama y su antecesor, el presidente Bush, estaban interesados en trabajar con otras potencias nucleares para reducir los arsenales, y se han estado supervisando de una manera muy estricta los acuerdos que han firmado estos gobiernos.
Considero que Estados Unidos no ha sido todo lo firme que debía haber sido en el abordaje de los problemas del calentamiento global. Los funcionarios cubanos, desde que he estado aquí, me han señalado lo que se ha hecho con la parte vieja de La Habana, y he estado en Bolivia para reunirme con Evo Morales, y quizás Bolivia sea el primer país que sufra los principales daños a su economía, debido a que se están derritiendo los glaciares en las montañas de Bolivia, que significan una fuente de agua potable. Por eso espero que en el futuro este tema, como es el calentamiento global también, sea abordado por todas las naciones, y sé que Fidel Castro es también un promotor de este tema. Estuvimos conversando acerca de los pasos que se dieron cuando era presidente en Estados Unidos, y hemos estado conversando ahora y está hablando y tratando de utilizar sus conocimientos y su sabiduría como antiguo Presidente para el bienestar de los seres humanos. Estuvimos conversando, estuvimos de acuerdo en muchas cosas, y, sobre todo, hablamos también de este calentamiento global, y creo que puede haber posibilidad entre ambos países.
Arleen Rodríguez.—Le agradezco muchísimo.
Gracias, cada vez que usted visita a Cuba las esperanzas se abren, aunque las relaciones todavía sigan siendo tan difíciles con el bloqueo.
James Carter.—Espero que podamos volver otra vez. Quiero traer a toda mi familia, somos muchos de familia, somos 36 miembros. Espero no tardar mucho y traer a mi familia.
Muchas gracias.
Arleen Rodríguez.—Gracias, señor Carter, muchas gracias.

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